CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO

Consentimiento informado de Luis Lacalle Pou a Pfizer
Por Jacques Fauquex

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COMENTARIO PREVIO DE
Osvaldo Buscaya

    
4 noviembre de 2023
    a) {Pfizer, antes todo, es una máquina de hacer dinero, y lo hizo muy bien, pagando a quienes se debía para obtener todas las autorizaciones de CDC, FDA y OMS. Además, lograron hacer firmar contratos secretos en los cuales una cláusula en particular es una joya jurídica. Dado que Luis Lacalle Pou no quiere mostrar lo que firmó, tomamos como ejemplo el contrato con África del Sur ( https://www.documentcloud.org/documents/23941524-south-africa-pfizer-contract ), claúsula 5.5. No cabe dudas que la misma cláusula estuvo presente también en el contrato Uruguayo: “5.5 Consentimiento informado (acknowledgement) del comprador: El comprador reconoce haber sido informado que la Vacuna y materiales relacionados a la Vacuna, y sus componentes y constituyentes están desarrollados rápidamente en razón de las circunstancias urgentes de la pandemia COVID-19 y continuará de ser estudiado luego de la entrega de la Vacuna al Comprador bajo este contrato. El comprador además queda informado que los efectos a largo plazo y la eficacia de la Vacuna no están actualmente conocidos…”}
Pues, desde el principio del año 2020 no se puede obviar que, estamos en una situación mundial, que posee una evidencia y contundencia donde el olvido de lo aprendido, lo leído, lo visto, etc. es altamente contagioso, pues el olvido colectivo es, en realidad, un fenómeno de la psicología de las masas (Freud). Desde mi apreciación, en el curso de la evolución de la civilización patriarcal, tenemos la oportunidad de percibir cuales son las “virtudes humanas” que han dado lugar a tantos descubrimientos científicos a lo largo de la historia. Genéricamente hablando la civilización patriarcal, se encuentra en la etapa más avanzada de su evolución; fundamentalmente, a partir de la adquisición del lenguaje y de una visión más detallada del mundo externo y de su mundo interior. Todo esto, sumado a su capacidad imaginativa, ha dado lugar a los grandes descubrimientos y teorías emitidas por la civilización patriarcal desde hace más de 300 años.
Quienes se adjudican representar el psicoanálisis en el orden mundial y local, no evaluaron ni evalúan el proceso iniciado al comienzo del año 2020, del programa del poder global sobre la población planetaria y sólo se limitan en considerar medidas paliativas, apartándose de la Ciencia psicoanalítica (Freud).
Osvaldo Buscaya (1939)
Psicoanalítico (Freud)
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Aspectos esenciales e inéditos del Siglo XXI
*La mundial analogía virósica
Consentimiento informado de Luis Lacalle Pou a Pfizer
CONTRARRELATO
Por Jacques Fauquex


Una conversación con un vecino ayer me recordó que quien no lee eXtramuros sigue bañado en la mercadotecnia política, que nos hace creer en grandes ilusiones gracias a mentiras muy repetidas. El vecino me decía que el Presidente Lacalle Pou nos había salvado del Covid. No se había enterado de que habíamos pasado de mejores a peores del mundo, cuando se empezó a inyectar el producto de Pfizer, no se había enterado de las muertes en exceso desde 2022, nunca escuchó hablar de pericarditis, miocarditis, cáncer relámpago en los jóvenes etc.
De hecho, todo empezó con el secreto del contrato con Pfizer se transformó en omertá en relación a todo lo que se está confirmando con el tiempo.
Para dejarlo bien en claro, el producto de Pfizer:

    no evita la transmisión,
    no evita la infección,
    no mejora la suerte de sobrevivir, o de forma marginal, por un ratito, en la franja de los mayores de 70 años,
    provoca eventualmente miocarditis y pericarditis en los jóvenes y otras enfermedades vacunales graves en razón,
    — de la persistencia y ubicuidad de la proteína spike dentro de nanoesferas lipídicas en todas partes del cuerpo (inclusive cerebro y órganos reproductores),
    — del proceso de producción que cambió luego de los primeros ensayos clínicos y por culpa del cual la inyección contiene fragmentos de DNA en cantidad significativa, además del MRNA.
( https://www.documentcloud.org/documents/23941524-south-africa-pfizer-contract )
¿A quien culpar de esta intoxicación genocida?

Pfizer, antes todo, es una máquina de hacer dinero, y lo hizo muy bien, pagando a quienes se debía para obtener todas las autorizaciones de CDC, FDA y OMS. Además, lograron hacer firmar contratos secretos en los cuales una cláusula en particular es una joya jurídica. Dado que Luis Lacalle Pou no quiere mostrar lo que firmó, tomamos como ejemplo el contrato con África del Sur ( https://www.documentcloud.org/documents/23941524-south-africa-pfizer-contract ), claúsula 5.5. No cabe dudas que la misma cláusula estuvo presente también en el contrato Uruguayo:

“5.5 Consentimiento informado (acknowledgement) del comprador:
El comprador reconoce haber sido informado que la Vacuna y materiales relacionados a la Vacuna, y sus componentes y constituyentes están desarrollados rápidamente en razón de las circunstancias urgentes de la pandemia COVID-19 y continuará de ser estudiado luego de la entrega de la Vacuna al Comprador bajo este contrato. El comprador además queda informado que los efectos a largo plazo y la eficacia de la Vacuna no están actualmente conocidos…”

Lacalle ratificó su consentimiento informado que compraba algo con efectos desconocidos para inocular a los uruguayos, en particular a las embarazadas, a los jóvenes y niños, y se hizo responsable que tal apuesta iba a salvar al Uruguay. Jugó el rol de guardián del secreto frente al pueblo y dejaba decir que la vacuna era segura y efectiva, aunque sabía que no estaba comprobado. Se entiende la lógica del silencio. ¿Quién quisiera inocularse algo no seguro? Era necesario que Lacalle quedara callado de lo que sabía para no entorpecer la campaña.

Escuchando a mi vecino, parece confirmado que la política comunicacional del Presidente fue exitosa para los objetivos comerciales de Pfizer. Precisamente, se trató de traducir el consentimiento que él había firmado secretamente en un consentimiento del inyectado que aceptaba ser único responsable de las consecuencias, porque se le iba a suministrar la sustancia gratuitamente. La gente se hizo inyectar, ya que era gratuito, sin preguntarse más nada, porqué confiaba que el Presidente sabía lo que había hecho, porqué estaba confortado por la publicidad incesante y porqué regalaban helados y otras cosas a los niños que los padres llevaban a vacunarse.

Al fin y al cabo, Lacalle, todos los políticos y autoridades médicas uruguayos, se pusieron el traje de mando medio, encargados de distribuir a la población la mercadería en base a la mercadotecnia de Pfizer vía FDA, CDC y OMS. Ahora frente al desastre, al Presidente le queda el silencio o también puede afirmar con propiedad (lo firmó) que no sabía de los efectos del producto…

¿Podemos incriminar a Pfizer entonces? Probablemente sí, porqué ellos sabían que el producto era nefasto cuando lo distribuyeron. Está escrito negro sobre blanco en la documentación entregada a la FDA que querían guardar secreto setenta años. Además, hicieron los ensayos clínicos con una preparación y entregaron otra. No hay cláusula contractual legal que pueda eximir de las responsabilidades correspondientes. ¿Pero a quién les importará? Pfizer es una sociedad anónima, sin responsabilidad de los accionistas. Cierto, el valor bursátil de la empresa está cayendo mucho ahora, probablemente en previsión de una bancarrota por problemas judiciales a venir. Pero a los inversionistas no les importa, ya realizaron su ganancia y vendieron sus acciones. Por ejemplo, Bill Gates ganó más de 10 veces su inversión en BionTech menos de 3 años antes de revender. Nada mal.

La buena noticia a futuro para Luis Lacalle Pou, es que podrá evitar comprometer nuevamente su firma, simplemente sin hacer nada. En efecto, si el Uruguay no se manifiesta explícitamente en contra, será automáticamente obligado por la radicalización del poder de la OMS en temas de distribución de medicamentos genéticos, por lo cual se decidirá en Ginebra si hay que inyectar a uruguayos nueva sustancia de efectos desconocidos sin informarles de que se trata de un experimento genético. O sea, buena noticia para él personalmente, por si se siente cómodo en el rol de mando medio inimputable. Porqué la única inmunidad revelada por esta crisis del COVID y subsecuente vacunación es la inmunidad jurídica de los que participan en operaciones de mercadotecnia de una salud mundial unificada (proyecto One Health de la OMS). Se está consolidando el modus operandi de la industria farmacéutica moderna.

Alternativamente, Luis Lacalle Pou podría no querer repetir el experimento y oponerse a la radicalización de la OMS, hasta si fuera necesario cancelar la membresía del Uruguay, para no depender de un mando superior no electo por los uruguayos. Pero para eso, habría que hacerse responsable, y ahora… En mayo 2024, luego de que se vote la radicalización allí en Ginebra, cualquier voluntad de oponerse a la autoridad de la OMS será difícil de instrumentar. No sobra tiempo.